Dieta de Ayuno Intermitente

El ayuno desde el punto de vista nutricional

Nuestros principales sustratos energéticos son la glucosa y la grasa. Cuando el primero no está disponible, el cuerpo recurre a las reservas de grasa. Cuando ingerimos alimentos, los niveles de insulina aumentan. Esto permite que las células conviertan la glucosa en energía. El exceso de glucosa se almacena como glucógeno en el hígado y los músculos.

Durante la dieta de ayuno intermitente y la abstinencia de alimentos o el ayuno, los niveles de insulina comienzan a descender. El glucógeno almacenado se descompone y libera glucosa. Pero estas reservas solo duran un tiempo, luego el hígado comenzará a producir glucosa nueva a partir de aminoácidos (un componente básico de las proteínas) y glicerol (proviene de la descomposición de los triglicéridos o moléculas de grasa), lo que les permite mantener los niveles de glucosa en sangre.

Los triglicéridos también se descomponen en ácidos grasos, que son utilizados por muchos tejidos del cuerpo para obtener energía directamente, o se convierten en cetonas para obtener energía.

Los niveles de la hormona del crecimiento aumentan para mantener la masa muscular y el tejido magro. Los niveles elevados de norepinefrina (adrenalina) evitan que la tasa metabólica disminuya.

En resumen, durante una  dieta de ayuno intermitente, el cuerpo pasa de quemar glucosa a corto plazo a quemar grasa a largo plazo.

Dieta de Ayuno Intermitente, ¿Es un tipo de dieta o no?

¿Qué es una Dieta de Ayuno Intermitente?. No es un tipo de dieta, sino una forma de planificar tu ingesta. Consiste en alternar periodos de ayuno con periodos de ingesta de alimentos de forma estructurada.

En este sentido, hay que tener en cuenta que existen diferentes tipos:

• – Saltarse las comidas: Se trata de saltarse las comidas si no tiene hambre y solo comer sano cuando tenga hambre.
• – Ayuno de 12 horas: Este plan permitirá que el cuerpo se ajuste al ayuno. Consiste en permanecer 12 horas sin introducir alimentos y generalmente coincide con el periodo de descanso nocturno.
• – Ayuno de 16:8 horas al día: Consiste en períodos de ayuno de 16 horas seguidos de períodos de ingestión de 8 horas. La cena termina alrededor de las ocho y no comes hasta el almuerzo.
• – Ayuno 2 días a la semana, 5:2: Consiste en comer sano durante 5 días y reducir su ingesta los otros 2 días de la semana. Estos dos días no son consecutivos.
• – Ayuno en días alternos: Consiste en ingerir únicamente líquido cada 2 días.
• – Ayuno de 24 horas: no comer un día a la semana. Es decir, no comas nada entre desayuno y desayuno del día siguiente, ni entre comida y comida del día siguiente. Puede beber líquidos que no aporten calorías, como agua o tisanas.

Los defensores de la dieta de ayuno intermitente afirman múltiples beneficios, como retrasa el envejecimiento, mejora el perfil lipídico, reduce los marcadores inflamatorios, mejora la sensibilidad a la insulina, aumenta la resistencia al estrés y la oxidación y, lo más importante, provoca la pérdida de peso.

Entre las distintas variantes, algunos científicos en contra de la dieta de ayuno intermitente abogan por comer temprano, es decir, eliminar la cena en lugar del desayuno. Los estudios muestran que el control del azúcar en la sangre es mejor por la mañana y más pobre por la noche, y que digerimos los alimentos de manera más eficiente por la mañana.

De hecho, al ayunar, reducimos las calorías de nuestra dieta, saltándonos las comidas y al mismo tiempo prolongando los períodos en los que ya no se produce insulina.

Es importante tener en cuenta que Si no tienes cuidado con lo que comes mientras lo tomas, es difícil lograr los resultados deseados.

Si no se modifican los hábitos alimentarios de las personas, si no se realiza una reeducación nutricional hacia una alimentación sana y equilibrada, la dieta de ayuno intermitente es una moda dietética más. Si abusamos de los alimentos ultraprocesados, las harinas refinadas y comemos más de lo que necesitamos con falta de ejercicio, aparecen enfermedades como la obesidad, la diabetes, la hipertensión, el colesterol alto, ciertos tipos de cáncer que podrían ser prevenibles.

Se ha demostrado que la dieta de ayuno intermitente mejora drásticamente la sensibilidad a la insulina al reducir regularmente los niveles de insulina. Serían, por tanto, las personas insulinorresistentes o hiperinsulínicas las que obtendrían mejores resultados con esta estrategia.